sábado, 13 de julio de 2019

Al final


Al final
José Pedro Sergio Valdés Barón

Estaba por completo confundido, la joven tomándome del brazo me parecía conocida a pesar de mí vista borrosa, y su dulce voz que apenas podía escuchar me tranquilizaba. Por más que intentaba recordar no sabía dónde estaba, sin embargo me sentía seguro con la joven llevándome hacia algún lado.
El sol brillaba intensamente en el firmamento a esa hora del día, no obstante yo sentía frio mientras caminaba con lentitud siguiendo a la joven, sin importar que mis piernas y mi espalda encorvada me dolieran un poco a cada paso que daba, pero eso no era lo que me preocupaba, sino el no poder recordar nada de lo que había hecho esa mañana, lagunas que eran más frecuentes cada día. Lo último que recordaba era que había salido de mi casa acompañado por alguien, pero a partir de ahí todo se volvía borroso. Mirando a la joven de pronto me sentí angustiado, caí en cuenta que no me importaba verme en el espejo con la cara arrugada, con la barba y mi poco pelo totalmente cano, sino me dolía que en mi mente se comenzara a esfumar mi vida, que mi pasado y el presente se confundieran y muchas veces no distinguiera lo real con lo que creaba mi imaginación.
Volví a mirar a la joven y su rostro se me hizo familiar, de alguna manera sentí que la amaba y ella me correspondía, sin duda existía un fuerte lazo entre los dos, por lo cual no me explicaba por qué no la podía recordar. Me deje llevar por ella sin ningún temor, me subió a su auto y me llevó por las calles de mi ciudad que tanto amaba. Casi sin darme cuenta reconocí la fachada de mi casa cuando llegamos al frente, y me pareció que la joven había sido muy gentil al llevarme hasta mi hogar, por ello no podía dejar de darle las gracias, fue entonces cuando ella me abrazó y riendo me dijo: « ¡Papá! soy yo, tu hija». Por fin la reconocí y me pregunté cómo había sido posible que olvidara aquel bello rostro de mi propia hija, y sin poder evitarlo el mundo se me vino encima, porque a partir de ese momento le temo más a la vida que a la muerte.



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